18 April 2010

El sofá de "Cuéntame..."


Sí, sí. Es la tapicería del sofá de la serie "Cuéntame cómo pasó". Un sofá donde los Alcántara han vivido tantas cosas... desde la concepción del primogénito, a la defunción de la abuela... ¿o aún no ha muerto esa mujer? Pero si era vieja cuando empezó la serie, y dan saltos de 10 o 12 años... Ahora mismo debe rondar el siglo y medio de edad, ¿no? Dura más que un martillo en manteca, la señora.

A lo que iba, que ayer me senté en el sofá de los Alcántara. No sabía que la popularidad de la serie había llegado hasta Escocia, pero por lo visto así es. Y como homenaje, han tuneado el metro de la ciudad para que parezca una réplica del salón de la serie. Sólo le faltan los pañitos de crochet sobre los reposacabezas.
Aparte de eso, pues un metro como otro cualquiera... Algo cambembo al moverse. Pega más cambayás que un escocés un viernes por la noche. Pero salvando el susto al principio, todo en orden.

Y bueno, el metro lo cogí para ir al centro a hacer unas comprillas. Y es que mi último descubrimiento en el "xelpud" ha sido la fastuosa colección de utensilios de cocina con los que cuento. A saber: tres cazos iguales, una cacerola para batir el récord Guiness de la berza más grande del mundo, y una espumadera. Y todos ellos con más pringue que un "Sánchez Romero Carvajal" de 5 jotas mayúsculas. Así pues, al centro.

Lo del centro de Glasgow y las tiendas no tiene nombre. Casi cada edificio de esa zona es una macro-tienda bestial de varias plantas, o directamente un centro comercial itself. Decenas de sitios de comida rápida, de cómida algo más lenta, salones de té, tiendas de libros, música, videojuegos, ropas de todos los estilos... Aquí se lleva mucho el estilo "Vintage", que he descubierto que es una cosa muy gaditana, que significa: "todo el año es carnaval", o más gadita aún: "ir vestío de mamarrasho". Al final, con tanta tienda y tanto centro comercial, acabé en un "All for 1 pound" hindú, y por 5 pounds me hice un ajuar que ni las baterías del BBVA.

A la vuelta, almuerzo escocés. Por fin probé los famosos haggis. Pero los probé en un sitio pelín fashion, así que era un haggis de diseño, con una salsa de gorrumelo, y puré de patatas, y trocitos de corrumeque (ATENCIÓN: nombres ficticios, no entendí la mitad de las cosas que ponía en la carta, cualquier parecido con la realidad es pura chorra). En fin, sigo prefiriendo la tortilla de papas de mi madre, y el gazpacho y las tortillitas de camarones... pero esto tampoco está tan mal. Eso sí, una comida de estas, y no cenas.


De entrante pedí una sopa, preguntando previamente en qué consistía. Respuesta: "Una sopa de verduras, muy ligera". Resultado: una cucharada equivale a la energía necesaria para calentar una casa durante un mes. La "sopa ligera" casi hubo de ser degustada con cuchillo y tenedor. A cada dos cucharadas de sopa, tres goterones de sudor. Y en mitad del ágape, una servicial camarera me pregunta si me gustaría agregarle al plato algo de pimienta. A lo que le contesté con un: "ndo, denkiu", con la lengua que ni Rajoy comiendo enchiladas. Eso sí, de postre pedí una "crème brûlée" de raspberry (que eso sí sabía lo que era: berrys que raspan) que quitaba el sentío.


El resto del finde no ha tenido mucha más incidencia. Hoy fui al museo de Kelvingrove. Enorme. El museo, digo, al tal Kelvingrove no tuve el gusto. Aunque sí lo he visto inmortalizado en una estatua "sillestre" (si sale con un caballo es "ecuestre", ¿no?). Y con ello he apreciado una de las costumbres más pintorescas de los jóvenes glasgüences. Y digo jóvenes porque no me imagino a un ancianito escocés llevando a cabo semejante hazaña física:



Como podéis observar, una muestra preciosista del popular "Signal Reubication" escocés.

En fin, que con esto y un shortbread...


Saludos glasgüences!

1 comment:

Anonymous said...

Su mérito tiene conseguir dejar en equilibrio el cono de base triangular sobre la redondeada cabeza de la estatua xD



Slds, Mani

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