04 October 2010

Boda cani

Pues allí estaba yo. Perdón, quería decir: aYi TaVa llo, kNiHo, To LoCo

Bueno, por una vez y sin que sirva de precedente, me tomaré la licencia de respetar las reglas ortográficas en aras de una mínima legibilidad del texto. Que me perdonen mis amados canis por no usar su dialecto.

Decía que allí estaba yo, con mi traje de chaqueta blanco, mis Nike blancas de muelles dorados, y mi camisa con chorreras rosa. Con mi sello de gala del Camarón, ese en el que tiene grabado al Camarón con el Tomatito a la guitarra y, en un segundo plano del bajorrelieve, a Paco de Lucía dando palmas. Y cómo no, con mi escapulario flamenkito: en un lado Andy y en el otro Lucas, unidos por un cordón de oro del ancho de una maroma de barco. Y mis pendientes de brillantes de compromiso, que mi caniha pasa de rollos antiguos de alianzas.

Para la ocasión, me hice el peinado que siempre había soñado: rapado a la altura de las orejas, con una coletilla en la nuca, y una cresta de a palmo, que ni Pitingo en el dragón Khan. Todo muy bien repellado con una mezcla de gomina y silicona transparente. También me dejé un bigotillo macarrilla, al estilo de Farruquito cuando la hermana le manga las Gilletes.

Me estaba ya impacientando en el altar, pensando si echarle huevos al cura para pasar el ratillo, cuando esa novia caniha guapa aparece en la puerta de la iglesia, con su traje de talle bajo, su escote enseñando ombligo, sus plataformas blancas con corazones de tachuelas plateadas, sus ojillos pintados con dos rayas alargadas que se tocaban en la nuca, sus cejas dibujadas con rotring del 0.4, sus piercings en la lengua y en los labios, que en el parque parece que me estoy enrollando con una Termomix (esas son las cosillas que le gusta a ella que le diga... "El poeta" me dice, y yo le respondo: "Po t'atrinco una..." en fin, que me se va er coco). Al final me dió la sorpresa, y en lugar de cola larga, el traje de mi caniha llevaba unos alerones blancos con llamas pintadas en los costados y unos neones lilas en los bajos... iba tó guapa.

La contemplé caminando hacia mi como una aparición. Como cuando cojo el coche tuneado de mi primo, y nos ponemos a quemar rueda, y se te mete el olor hasta el sentido, y empiezas a ver dragones... Pues así me sentí al ver a mi canihilla. Y hasta la coletilla se me puso de punta cuando empezaron a sonar los acordes de la marcha nupcial tarareada a cuatro voces por "Los Rebujitos".

Al terminar la ceremonia, oficiada por un cura que tenía toda la cara de El Barrio con tonsura, salimos de la iglesia a ritmo de Melody, y nos montamos en el quad de mi sobrino que, adornado con flores blancas y campanillas, me parecía el carro de Manolo Escobar (bueno, por eso y porque el quad era robado).

Fue el día perfecto. Aishhh....



Saludos.



PD: por si sirve de inspiración a quienes estén ahora preparándose para casarse.