30 September 2009

Solidaridad estelar

Niños, hoy aprenderemos a ser solidarios. Esta lección hay que agradecérsela a Monsieur Guy Laliberté, más conocido por ser el fundador del "Cirque du Soleil".



Podéis leer la noticia AQUI.

Y ahora lo explico a los vagos que no hayáis pinchado en el link anterior. Resulta que monsieur Laliberté (aún no sé si el apellido es inventado) será el próximo turista espacial. Por lo visto busca inspiración para un nuevo espectáculo. Hasta aquí todo correcto. Se puede estar más o menos de acuerdo con el hecho de que estar en gravedad cero con la sangre haciendo cabriolas y las neuronas jugando al escondite en el cerebelo, ayude en alguna medida a idear un espectáculo circense de chinos voladores y rusas que hacen cuatro pliegues con su columna vertebral. Pero bueno, si este señor tiene dinero, que se lo gaste en lo que buenamente quiera.

Lo importante de la noticia es el verdadero fin del viaje turístico al espacio. Cito:
"Además, intenta promocionar una causa solidaria, la importancia del acceso al agua potable en el mundo."

Qué bonito... qué solidario... qué noble y loable...

Lo que pasa es que luego releo esto:

"Laliberté, de 50 años de edad ha pagado más de 35 millones de dólares (24 millones de euros) por el pasaje que le llevará a la ISS en un par de días para una estancia de otros 10."

Y entonces la cosa se me tambalea... Es decir, ¿su causa es la importancia del agua potable en el mundo, y se paga un viaje de ese importe? ¿Es eso solidaridad? ¡Es totalmente inexplicable! Es inconcebible que este hombre se gaste ese dineral en defender una causa tan noble, y que los países del tercer mundo (principales afectados de la escasez de agua potable) no hagan una colecta multitudinaria y le subvencionen a monsieur Laliberté su viaje. Es lo menos que deberían hacer por un hombre que lucha tan arduamente por su causa...

Esto es ser solidarios, queridos niños. Y no lo que muchos habréis pensado, de utilizar los 35 millones en hacer pozos de agua, o sistemas de conducción y alcantarillado eficientes en los lugares donde se necesitan. Eso no es solidaridad, eso sería directamente ayudar... y tampoco está la vida para esos derroches.

Los Enteraos

Que levante la mano quien no conozca a nadie así:








En fin... pues eso es lo que hay... Y no quieras discutirle, rebatirle, o hacerle entender nada. Es así, y punto.


Saludos.

28 September 2009

Libros

Me gusta la lectura. Es una de mis mayores aficiones. Pero no como la frase hecha que suelta algún elementillo, mientras en su mente se dibuja el logotipo del "Hola" o del "20 Minutos". Yo disfruto del momento, de esa especie de ritual pagano en el que tomo un libro entre las manos, me siento tranquilamente y lo saboreo. Como quien paladea un helado de chocolate, o una de esas mini-chuflas de colorines, nombre de compuesto farmacéutico y precio desorbitado, que ahora llaman "arte gastronómico" o "nuvel cuisín a la española, y olé".

Decía que me gusta la lectura, la disfruto. Cada buen libro se convierte en una serie de sensaciones que te mecen, te llevan de un lado a otro, y te transforman en lo que el autor quiere que seas en ese momento.

Yo comencé esta andadura siendo un fraile con borrico. Más tarde me pusieron gafas y me mudé a Carabanchel (Alto). Al poco me metí a aprendiz de pirata de Long John Silver, para luego embarcarme en el Pequod con un arpón en una mano y el hombro de Queequeg en la otra. Luego fui un detective en pleno Barcelona, por aquel entonces todos me llamaban Flanagan. Aunque al poco quise conocer mundo y le di la vuelta en 80 días, tras pasar 5 semanas en globo. Jamás olvidaré las maravillas que encontré en el centro de la tierra, y en las 20.000 leguas que recorrí bajo el mar. Viajes alucinantes que compaginaba con mi trabajo de asistente y amigo de dos señores inteligentísimos: Monsier Poirot y Mister Holmes.

Al crecer, me vi en el Madrid de Lope, de mozo de un asesino a sueldo y soldado... De acuerdo, no era el hombre más piadoso, ni el más honesto... Pero era un hombre valiente. Y eso es más de lo que puede decir la mayoría de los presentes, incluido un servidor. A la vez que ayudaba a mi amo a despachar herejes, sobrevivir a emboscadas y aprender a vivir, me acercaba tímidamente la poesía del 27, y del 98.

Ineludible fue mi paso por escudero del más loco y clarividente caballero andante de todos los tiempos.

Luego viví cien años de soledad, justo antes de quedarme ciego, y contemplar el mundo desde una tiniebla blanquecina. Fui testigo de la más genial conjura jamás ideada, y de cómo arden las vanidades del mundo civilizado. Participé en una rebelión liderada por unos cerdos comunistas (con perdón de la expresión), y viví brevemente en lo que supuestamente debería ser un mundo perfecto.

Y mil historias, aventuras, reflexiones, amores... Que dan para mil y un blogs como este. Y mil más que espero experimentar sólo por sentir ese olor a libro nuevo, esa sensación de que algo increíble está a punto de suceder ante mis ojos. Sólo por vivir.

16 September 2009

Nadie quiere nunca meterse en política...

... y sin embargo todos lo hacemos. Y normalmente, es para tirarnos los trastos a la cabeza.

La política es la ciencia (o habilidad innata) de usar cualquier cosa para tirársela a la cabeza al vecino. Desde ladrillos hasta carteras, pasando por banderas, libros, cámaras, micrófonos, hechos históricos, mentiras, verdades, tumbas, muertos, vivos, petróleos, fusiones en frío, cohetes, trajes, zapatos, crucifijos, sotanas, burcas, coches, trenes, aviones, rascacielos, mujeres, niños, mares, ríos, fronteras, puentes, murallas... Y así hasta el infinito.

Depende de cómo me levante ese día, al oír las noticias sobre política puedo reírme, llorar, morirme de miedo, sentir vergüenza ajena, o todo a la vez. Y muchas veces intento consolarme con ese cuento de que "la gente en realidad no piensa así, eso es algo inventado por los políticos". Mentira. Pensamos así, tal y como muestran los informativos, y los periódicos, y el Salsa Rosa... Pérez-Reverte siempre dice que "tenemos lo que nos meremos", en relación a los políticos. Y yo añadiría que la democracia funciona, porque tenemos nuestro fiel reflejo en el parlamento y el senado. Otra cosa distinta es que nos avergoncemos de ese reflejo, que no deja de ser nuestra propia imagen dibujada frente a nosotros con dolorosa nitidez.

¿Y a qué viene todo esto? Pues a que basta con viajar un pelín, para observar hasta qué punto llega nuestro absurdo, y lo ridículo de nosotros mismos. El cómo disfrazamos la realidad para que se adecúe a nuestros pensamientos, o nuestros deseos infantiles. Cómo, de la manera más idiota, utilizamos lo primero que tenemos a mano para "hacer política".

Y da la casualidad de que lo que yo tengo más a mano es el lenguaje, la lengua, o como lo quiera llamar el lingüista de turno. Verbigracia. Hace poco asistí a un congreso en Italia y a otro en el País Vasco.

Atended, queridos niños:

En el congreso internacional, toda la documentación está en inglés. En el nacional sobre lenguaje, la documentación se da en 4 o 5 idiomas, figurando por supuesto en último lugar el español (perdón, el castellano, que es más políticamente correcto).

En el congreso internacional todas las charlas son en inglés, incluyendo las ceremonias de inauguración y clausura. Cuando lo lógico hubiera sido que la hicieran en italiano, y luego hablar un poco en inglés... ¿o no?

En el nacional las charlas todavía son en inglés o en español; aunque se está peleando duramente para que puedan ser en cualquiera de los otros idiomas de este bendito país, y librarnos de ese yugo opresor de la dictadura, o algo. Eso sí, las ceremonias de inauguración y clausura son en dos o tres idiomas, figurando en último lugar, de nuevo, el español.

Esto provoca situaciones muy agradables y divertidas. Como eso de estar el 90% de la audiencia oyendo a gente hablarles en euskera, y no entender ni jota; y que sólo sonrían algunos catalanes y gallegos, que se congratulan de la idea de los organizadores, aunque ellos tampoco entiendan una palabra.


Y aquí es cuando yo me pregunto cuál es el objetivo de un congreso... Algunos ingenuos, como los italianos, creen que es la comunicación. Obviamente están equivocados.

Aparte de que, si el objetivo de un congreso es la comunicación, y los humanos nos comunicamos mediante el lenguaje... Silogismo: Al utilizar más lenguas, será que nos comunicamos más que el resto... ¿o no?

Genial, creo que hablando en 4 o 5 idiomas distintos lo estamos consiguiendo. Igualito que en otros países, empeñados en hablar todos inglés cuando hay hablantes de varios idiomas... Menuda panda de iletrados.

Que sí, que lo mismo ellos se entienden muy bien así, todos hablando el mismo idioma y eso... pero no pueden presumir, como nosotros, de riqueza cultural o de rasgos diferenciadores.

¡Allá ellos con su incultura!


Saludos.

12 September 2009

Mala suerte

El sol aprieta a esas horas del día. Las pocas gotas de agua de mar que perlan tu piel se van resecando, mientras el crujido del papel de aluminio deja paso a un bocadillo de tortilla de patatas. De improviso salta una ráfaga de levante, levanta una nube de arena, y convierte el bocadillo en crocanti de tortilla de patatas.

Mala suerte.


La lluvia arrecia esa mañana. Bajo el paraguas todo parece algo caótico: gente que viene y va esquivándose a duras penas, malas caras por lo temprano de la hora y lo azaroso del chaparrón. Una señora mayor aparece súbitamente frente a ti, obligándote a escorar el cuerpo hacia tu izquierda para no llevártela por delante. Pisas una húmeda y cremosa deposición canina con el pie derecho. Resbalas por la superficie del susodicho detritus y el “aqua-planing” provocado por la lluvia. Se te va el cuerpo, y caes de culo sobre el regalito perruno.

Mala suerte.


El corazón se te sale por la boca. No haces más que mirar a tu alrededor con los ojos desencajados y las manos temblorosas. Hace cerca de un minuto que contienes la respiración. Y cuando toda tu vida pende de un número, tu número... El niño repelente de uniforme antediluviano canta el 27, en lugar del 72.

Mala suerte.


Queridos niños, no confundáis estos sucesos de auténtica mala suerte, donde el azar es el principal y casi único culpable, con esas otras situaciones donde es el protagonista de la historia el que pone todo de su parte para que la cosa acabe en tragedia.

Por ejemplo: ponerse delante de un animal de 500 kilos de peso y 30 o 40 centímetros de cornamenta, y morir aplastado o corneado NO es mala suerte. Es comprar todas las papeletas para que te toque la china. La cosa es al revés: si cometes tremenda locura y sales ileso, has tenido muchísima suerte.

Otro ejemplo: irse a 8.000 metros de altura con una tienda Quechua, dos cantimploras y tres sobres de sopistant, y morir congelado NO es mala suerte. Una ventisca de hielo y nieve que te sepulta y te impide respirar, mientras la temperatura se pone en -30 grados es mala suerte en Barbate, pero no en el Everest o el Himalaya.

Empotrarse contra la mediana de la autopista y morir entre el amasijo de hierros en lo que se convierte lo que antes era tu coche, tras haberte bebido dos cubatas en la fiesta de la que regresabas, no es mala suerte. Mala suerte es que en tu fechoría hayas arrastrado a alguien contigo.

Perder un brazo y sufrir quemaduras de tercer grado en todo el cuerpo por meterte en una plazoleta donde decenas de descerebrados como tú se lanzan miles de petardos y bengalas no es mala suerte. Salir intacto es una grandísima potra.


Me parece que queda claro el concepto. O eso espero, porque últimamente no sé si la gente se está empezando a volver imbécil, o es que todavía nos gusta aparentar que nos la cogemos con papel de fumar. Algunas desgracias no son mala suerte. Jugar a la ruleta rusa y perder no es mala suerte. La suerte es llegar a sobrevivir.