04 April 2012

Ser doctor


Para los profanos en la materia, aclarar qué es el doctorado. De manera muy resumida, podríamos definir el doctorado como el mayor grado académico al que puede aspirar cualquier futuro parado. Esta sería la definición pragmática. Hay otra más romántica e idílica del asunto, pero de esa no me acuerdo ahora mismo.

Este texto lo escribo para dar a conocer algunos secretos que se desconocen acerca de este mundillo de los doctores.

Primero decir que los que pensáis que cuando lees la tesis te conviertes automáticamente en un ser superior, con una inteligencia infinita, aparte de ser más alto, más guapo y con 15 centímetros más de... atractivo sexual, estáis equivocados. Son sólo 10 centímetros más.

Aparte de estos cambios a nivel personal, cuando eres doctor logras algunos privilegios exclusivos, acordes con tu nueva categoría como ser humano superior. Entre estos beneficios, uno de los más sorprendentes es el acceso a una serie de salas de la universidad que antes ni siquiera imaginabas que existían. Ese acceso exclusivo lo representa un pequeño llavero que abre puertas que dan acceso a los secretos mejor guardados de la escuela.

Por ejemplo, con la llave amarilla (no me preguntéis el porqué del color) puedes entrar en los servicios reservados a doctores. No son nada del otro mundo, no penséis en los servicios del señor Burns en Los Simpsons... pero casi. Te dan una sensación de exclusividad que se aprecia mucho (es una idiotez, sí, pero Apple vive de esa sensación y le va bien). Estos baños son unas habitaciones con ventanales, con elementos a pares (dos wc's, dos urinarios, dos lavabos, dos gotas de jabón, dos puertas que no cierran, dos soportes para papel higiénico, ambos vacíos...). La primera vez que entré en esos servicios exclusivos me sentí especial, privilegiado. Sólo me extrañó que no necesité la llave para entrar y me encontré un par de alumnos allí dentro, obviamente se habían equivocado de servicios y ni se habían dado cuenta... pobres, no se enteran de nada, como no son doctores...

Las llaves verde y azul no sé para qué son, la verdad. He estado probándolas en cuantas cerraduras he visto (incluídas las de varios Mercedes y BMW's de mi calle, por si acaso) y nada. Sólo he conseguido abrir, con la llave azul, un armarito repleto de fregonas y utensilios y productos de limpieza, y con la llave verde el almacén del jardinero. No sé qué significará. Probablemente ha sido una confusión. Espero que el jardinero no me ralle el Ferrari que abrirá la llave que le han dado a él por equivocación.

Por último, la llave plateada abre la sala VYP, que no VIP. Es la sala de Vituallas Y Provisiones. Una salita reservada a los doctores de mayor prestigio (como yo, obviamente) para que tengan sus momentos de esparcimiento e ingesta de nutrientes (la gente menos inteligente creo que lo llamáis almorzar y charlar). También he encontrado allí a alguna gente perdida, comiendo como si esa sala fuera para cualquiera. Yo les permito que lo hagan, tampoco me gusta restregar mi superioridad a seres inferiores como la mayoría de los que me estáis leyendo.

Aparte del llavero, también te otorgan una plaza de aparcamiento propia, cosa muy de agradecer porque a partir de cierta hora es casi imposible aparcar cerca de la escuela. El primer día llegué y vi mi reluciente nueva plaza de aparcamiento ahí, esperando a ser ocupada por mi cochecito. Supongo que el hecho de que fueran las 8:00 de la mañana, que el parking estuviera vacío, y que esa sea la plaza donde llevo aparcando todos los días durante los últimos 6 años es pura casualidad... o lo mismo es que han tenido el detalle de reservar esa plaza precisamente para mí. Qué bonito detalle.

Y ya la última ventaja es que por ser doctor en España te dan la oportunidad de trabajar en otros países. En los medios lo pintan como fuga de cerebros, aunque en realidad es la posibilidad de conocer mundo y otras culturas... quieras o no. 

Como véis, todos son ventajas cuando llegas al estatus de doctor. No sé a qué estáis esperando, piltrafillas. 



Saludos.



PD: Si alguien se siente herido por mis palabras de ser superior, que hable con mi secretaria (se me olvidó comentar este punto). Curiosamente tiene el mismo número de teléfono móvil que yo, y una voz muy similar a la mía. Pero no os confundáis, que NO soy yo.