11 May 2012

Clase teórica: el mundo.

Hola niños. Hoy toca clase teórica. Sé que este texto no será el más popular del blog (cosa que tampoco me importa mucho, puesto que el resto del blog tampoco es que tenga una cuota de popularidad muy alta), pero como dijo aquél: el gato es mío y me lo follo cuando quiero (gracias por el chiste, Guti).

Empecemos por el principio, que es una forma como otra cualquiera de comenzar una explicación.

En el principio creó Dios el cielo y la tierra, y en los días sucesivos creó todo lo demás. Ya luego llegaron los políticos y montaron un belén de padre y muy señor mío.

Hoy en día, el mundo está en crisis. ¿Todo el mundo? No, hay una pequeña Aldea de sinvergüenzas que resiste de banco en banco y tiro porque me toca. Mientras, como el dinero ni se crea ni se destruye, sólo se roba, esta gente va esquilmando países utilizando armas de destrucción masiva como la prima de riesgo, la deuda pública, y los rescates de países.

Definición de la Wikipedia 2020 
rescate: Acción y efecto de conquistar un país lanzando bombas económicas, con el consiguiente ahorro en balas y bombas que ello supone. Estas balas y bombas obtienen mayores réditos al ser vendidas al tercer mundo en lugar de pan bimbo y cola-cao.


Esta Aldea, como decimos, fuerza a países enteros a hundirse irremisiblemente o donar generosamente todos sus recursos a las entidades bancarias, de forma que se hundan aún más. ¿Y de dónde sacan el dinero estos países? Del único activo que tienen: los ciudadanos. Así pues, bajo el lema de "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo" (¿a alguien le suena?) se promulgan leyes que protejan a los ciudadanos de ellos mismos, recortando gastos superfluos, como sanidad y educación, y facilitando a empresas y administraciones el fortalecimiento de las relaciones empleador-esclavo.

Lógicamente, en algo hay que gastar tanto dinero ahorrado. Y como resulta obvio, este dinero se utiliza para indemnizar a esa pequeña Aldea, que deben ser recompensados por sus arduas tareas al frente de todo el proceso de hundimiento generalizado. Se opta por un novedoso modelo de compensaciones por el cual aquel directivo o político que logre un mayor desfalco o un fraude más evidente y sangrante, obtendrá beneficios más pingües gracias a su excelsa labor.

Todo este proceso se etiqueta con nombres bien-sonantes como "austeridad presupuestaria". Y bajo este lema se bajan sueldos y prestaciones sociales, y se suben tasas e impuestos. Es un esfuerzo de todos, encaminado a poder mantener a esa pequeña Aldea como se merecen.

Y a todo esto, ¿qué hace el pueblo? Pues el pueblo se rasca síncronamente la entrepierna, sentados en los sofás del Ikea de sus casas hipotecadas a 40 años, viendo en sus televisores LED Full HD (comprados en 80 cómodos plazos en el Corte Inglés) el último peinado de Cristiano Ronaldo o el último polvo de Belén Esteban o Paquirrín, mientras tragan anuncios y telediarios en el que se les recuerda que el gran hermano (el de Mercedes Milá, por supuesto, no el de Orwell) está velando por ellos.

Y este es el mundo que heredáis, pequeños. Gracias a vuestros predecesores, que os lo dejaron preparadito para que lleguéis y os acordéis de vuestros muertos más frescos.


Saludos.

1 comment:

Auri said...

Pues yo estoy francamente harta de sufragar los gastos de la "aldea" mientras para llegar a fin de mes tengo que estrujarme los sesos y hacer mil y una virguerías.. En fin. Cómo siempre, un placer leerte!!

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